Las fotos son imágenes que anclan en el tiempo una información determinada.
El uso de las fotografías no es adecuado cuando llaman nuestra atención constantemente hacia el pasado… sobre todo si nos recuerdan hechos que nos despiertan emociones negativas o dolorosas…
El simbolismo que rodea las fotos también puede reflejar situaciones o relaciones con el entorno, por tanto no se recomienda colocar fotos personales oprimidas por estanterías o vigas. Tampoco se recomienda, exponer en la entrada de una casa, las fotos de sus habitantes, ya que quedarían expuestos a la vista de extraños o personas que pudieran resultar envidiosas y al abrir la puerta, las fotos quedan expuestas a la persona que llama (la cual puede ser un extraño o un conocido).
Es mejor ubicar las fotos familiares, en los lugares de la casa de reunión, en el comedor, el salón… de ésta forma potenciamos la familiaridad del lugar.
Es bueno ir cambiando las fotos, de forma que los pequeños de la casa no sean eternos bebés… podéis sustituir las fotos tras las vacaciones de cada año, para así recordar lo bien que lo habéis pasado cada vez que las veáis en casa, sin quedar estancados en el pasado… también hay que actualizar las fotografías de acuerdo al físico que tenemos hoy y no quedar estancados con la típica foto de cuando estaba más delgado/a, de cuando tenía 18 años, de cuando tenía la melena de ésta forma o de esta otra…
Lo mejor es vaciarse de la información que no nos aporte algo positivo y renovar, para no quedar estancados.
Siempre que mires una foto, que sea para que te haga sonreir…;)
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